El pasado 13 de octubre, el Abadiño cayó derrotado a domicilio frente al Ermua Blues por un claro 3-1. Aunque el marcador refleja una diferencia significativa, el encuentro fue mucho más igualado de lo que parece, con fases donde el Abadiño puso en apuros al equipo local.
El partido comenzó con ambos equipos tanteándose, aunque el Ermua Blues fue el primero en tomar la iniciativa, aprovechando el factor campo y la presión de su afición. Tras unos minutos de dominio local, el primer gol llegó tras un error en la salida de balón del Abadiño. El Ermua, rápido en la transición, no perdonó y se adelantó mediada la primera parte.
A pesar del gol, el Abadiño no bajó los brazos y empezó a ganar terreno. La reacción no tardó en llegar, y aunque costaba generar ocasiones claras, una jugada colectiva antes del descanso llevó al empate temporal. El Abadiño logró su gol en una buena combinación por banda que acabó con un remate certero, desatando la euforia en el banquillo visitante.
La segunda parte comenzó de manera prometedora para el Abadiño, que parecía haberle tomado el pulso al partido. Sin embargo, el Ermua Blues, con un juego directo, encontró de nuevo la ventaja con un tanto que rompió el equilibrio. A partir de ahí, los visitantes intentaron volcarse en ataque para buscar el empate, pero sin la claridad necesaria en los metros finales.
El tercer gol de los locales, que llegó ya en los minutos finales, fue la sentencia definitiva. Con el equipo volcado, el Ermua aprovechó una contra rápida para sellar el 3-1. Un resultado quizá algo abultado para lo que se vio en el terreno de juego, pero que refleja la eficacia del Ermua en los momentos clave.
El Abadiño, pese a la derrota, demostró que sigue en la lucha, con buenas fases de juego y entrega en todo momento. Toca seguir trabajando para pulir detalles y buscar mejores resultados en las próximas jornadas.
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